Por qué Omar García Harfuch será “el nuevo García Luna” del gobierno de Sheinbaum, según Anabel Hernández

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Redacción

La periodista Anabel Hernández asegura que la desiganción de Omar García Harfuch como nuevo secretrario de Seguridad Pública de México ha generado reacciones inmediatas entre funcionarios y asesores del Gobierno de Estados Unidos, quienes advierten una posible analogía con Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública Federal arrestado en 2019 por cargos relacionados con el narcotráfico y corrupción.

La designación de García Harfuch se dio a conocer el 4 de julio y ha generado reacciones inmediatas entre los funcionarios y asesores estounidenses, escribió la autora del libro Los Señores del Narco en su columna del medio alemán Deutsche Welle (DW).

El nombramiento de García Harfuch está programado para entrar en vigor el 1 de octubre de este año y, según Hernández, colaboradores cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, la elección de Sheinbaum no fue fácil, ya que AMLO se oponía inicialmente al nombramiento del exsecretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.

La negociación de Sheinbaum con López Obrador, cuenta la escritora, incluyó condiciones para equilibrar el poder dentro del partido Morena y del gobierno.

La decisión de Sheinbaum ha suscitado comparaciones con el sexenio de Felipe Calderón, durante el cual García Luna fue acusado de colusión con el Cártel de Sinaloa. Documentos judiciales y testimonios evidencian que diversos jefes policiales, incluidos Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño, formaban parte de una red de protección y corrupción vinculada al crimen organizado, destacó la reconocida periodista quien este año lanzó su libro “La historia secreta: AMLO y el Cártel de Sinaloa”.

Además de la controversia en torno a su asociación con figuras comprometidas, García Harfuch enfrenta señalamientos específicos. En su historial figuran nexos con colaboradores con antecedentes de violaciones a los derechos humanos y su implicación en operaciones controvertidas como el ataque a estudiantes de Ayotzinapa y un operativo reciente en la empresa financiera Black Wallstreet Capital.

Anabel Hernández apuntó que el contexto histórico y las alianzas previas de García Harfuch, a través de familiares y protectores como Luis Cárdenas Palomino, subrayan el riesgo de mantener una continuidad en prácticas corruptas en el aparato de seguridad pública del país.

La situación revive memorias de administraciones pasadas marcadas por la controversia y el escándalo, indeseables para la administración actual y futura.

La trayectoria de García Harfuch y su equipo plantea numerosas interrogantes sobre el futuro de la seguridad en México bajo su mandato. Figuras cercanas han sido regularmente mencionadas en investigaciones de la propia periodista en años pasados, lo que suscita inquietud respecto a la lucha contra la corrupción y la eficacia en garantizar la seguridad ciudadana.

“Las figuras que han acompañado a García Harfuch durante toda su vida han estado relacionadas con violaciones de derechos humanos y corrupción. Su abuelo paterno, Marcelino Barragán, era titular de la SEDENA cuando militares bajo sus órdenes masacraron en 1968 a estudiantes en Tlatelolco, acto por el que quedó impune”, se lee en la columna de Anabel que tituló “García Harfuch, el nuevo García Luna”.

La periodista finalizó diciendo que los ejemplos que mostraba solo eran “un ejemplo de lo que podría ser el equipo del ‘nuevo García Luna’. Cuando las naciones y sus gobernantes no aprenden de errores pasados, están condenados a repetirlos. Pareciera que esa es la circunstancia de Claudia Sheinbaum”.